El internet y las redes sociales son las puertas de acceso a donde ‘ninguna otra cosa’ puede llegar, más cuando estas permiten la libertad de expresión (casi absoluta), salvo en ocasiones donde las personas trasgreden la línea de lo permitido, en ese entonces son sancionados por los administradores de la red, sin embargo muchos otros caminan al límite de la cornisa, alcanzando a hacer daño en el lugar donde comentan sin ser amonestados, a estos se les conocen como ‘Trolls’.
Los Trolls son personas que de manera voluntaria se encargan de crear un entorno hostil para el administrador y seguidores de la marca, ya sea en redes sociales, foros, blogs, chats; esto lo consiguen a través de burlas, insultos, agresiones, incitación a discusiones sin sentido, controversia o cualquier tipo de mensaje ofensivo. Los usuarios novatos son las principales víctimas de los trolls ya que desconocen la existencia de este tipo personas.
Los trolls tienen distintos modus operandi para hacer daño de manera directa o indirecta, entre los más comunes están:
Los agresivos: estos quizá sean los peores de todos, sus enunciados siempre buscan fomentar el odio por medio de comentarios racistas, sexistas, amarillistas, xenofóbicos, entre otros. Obviamente en los usuarios que no conozcan las intenciones de estos caen y terminan ocasionando el ruido que estaban buscando.
Los perfeccionistas: son aquellos que al parecer no tienen nada más que hacer durante el día que dedicar su tiempo a buscar errores en las publicaciones de otros, con la intención de sacarlos en cara y humillar.
Los sabelotodo: estos suelen intervenir en asuntos de seriedad, para entregar su ’versión sobre el tema’, radican en comentarios bien estructurados que logran confundir a masas al tergiversar una información; aunque algunos lo pueden hacer en tono jocoso para generar interacción con los otros usuarios, otros lo hacen con toda la intención de perjudicar premediadamente.
Los graciosos: se encargan de sacarle a cualquier situación un chiste o ‘meme’, aunque no parezcan peligrosos, consiguen que muchos pierdan credibilidad en la marca y la abandonen.
Los disruptivos: pretenden molestar a otros al postear texto o imágenes de grandes dimensiones, lo consideran divertido, pero perjudica a la marca, haciendo que las personas salten la publicación sin interactuar con ella.
Los propagandistas o los pseudo publicistas: buscan cualquier posteo para realizar una cadena promoviendo cualquier cantidad de cosas, gracias a ellos nuestras publicaciones terminan pareciendo una sección de clasificados.
Aunque existe una gran cantidad de trolls, nombramos sólo los más comunes y perjudiciales, ahora, te preguntarás ¿qué puedo hacer contra ellos? No hay una respuesta 100% certera, ya que cada uno tiene personalidad distinta, pero si se pueden seguir algunas indicaciones para lograr deshacernos de ellos.
1.- Da seguimiento: ¿has escuchado “conoce a tu enemigo, así le derrotarás”? precisamente eso debes hacer, estúdialo y sigue sus movimientos (de dónde es, a qué cuentas sigue, qué tipo de publicaciones comenta, a qué hora comenta en las tuyas usualmente), este es el primer paso en una estrategia de ‘despeje de trolls’.
2.- NO LO ALIMENTES: si caes en las provocaciones del troll, lamentablemente te informamos que has perdido la batalla. Nunca contestes a sus comentarios, menos como administrador a no ser que sea para demostrarle a los demás la veracidad del contenido que tocas con pruebas irrefutables.
3.- No borres sus comentarios: si haces eso sólo avivarás la llama del odio en el troll, intenta contactarlo por privado, cuando se hace esto puedes conseguir que cambie su postura y colabore con lo que le solicitas; de no conseguirse nada por esta vía quizá debas denunciarlo con los administradores de la red.
Antes de eliminar a uno de estos troll, intenta lidiar con él, hay casos donde pueden llegar a convertirse en aliados de tu marca.
“¿La gente se te hace pesada? No te la cargues en tu espalda, llévatela a tu corazón”. Helder Cámara